El año pasado, los ciberdelincuentes trataron de aprovecharse de los desafíos socioeconómicos, empresariales y políticos sin precedentes provocados por la pandemia COVID-19.
Los ciberataques contra el sector sanitario, de manufacturas y el energético se duplicaron. Los ataques se dirigieron a organizaciones que no podían permitirse parar su actividad, a causa del riesgo que supondría interrumpir los esfuerzos médicos o las cadenas de suministro. De hecho, la industria manufacturera y la energía fueron los sectores más atacados en 2020, solo por detrás del sector financiero y de seguros.
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